viernes, 1 de abril de 2011

RICARDO > H Upmann Sir Winston


Ayer por la noche, después de cenar, estuve fumando un Churchill, el H Upmann Sir Winston, torcido en la fábrica madre (ECA), allá por el año 2002.

Con cierta suerte, a lo largo de estos últimos años he conseguido encontrar existencias de este mismo cigarro con la misma fecha en varios estancos españoles de diferentes localidades. Y digo suerte porque es un cigarro que gana mucho con añejamiento, talvez uno de los puros en los que el tiempo va a jugar un papel fundamental para mejorar sus prestaciones. Min Ron Nee (*) recomienda un mínimo de cinco años y estima que a los veinte años de añejamiento todavía estará ganando riqueza esta Julieta Nº2.

No voy a esperar tanto tiempo como indica este Especialista en Habanos, me conformo con la suerte de encontrar estos cigarros con edad suficiente y acondicionarlos convenientemente en mi humidor mediante giro.Tanto Pierluigi Zoccatelli (**) como el citado Min Ron Nee hacen referencias, en sus respectivos manuales sobre Habanos, que este es un puro de mucha categoría, uno de los mejores Churchill, por su buena presencia y cualidades. Las consideraciones y puntuaciones de ambos son altísimas.

En este caso se trata de un cigarro atractivo y bien torcido, vestido en tono Colorado – Colorado Claro, con el brillo perdido por el paso del tiempo y sin ser sedoso, es muy agradable y suave al tacto, con las nervaduras casi imperceptibles. La anilla es la correspondiente a la época, la tradicional en color castaño, semejante a la que aparece en la presentación de este hilo de mensajes.

Sin problemas para preencender con una sola cerilla larga, corte con guillotina doble y final de encendido sin ayuda. Bastaron unos soplidos cuidadosos para iniciar la fumada. No acostumbro a reseñar los olores en frío de cigarros que llevan tiempo conviviendo en el humidor con otros, en este caso Habanos exclusivamente. Entiendo que el añejamiento y conservación resta interés a este aspecto, proporcionando otras virtudes mas interesantes.

Tiro perfecto desde el inicio. Noto desde el primer momento la ‘vigorosidad’ de las prestaciones de la fumada que cita Zoccatelli. Si bien considero que la fortaleza se mantiene media, el conjunto de percepciones es un equilibrio de la contundencia mas tradicional de Habanos y fina elegancia. Sensaciones con recuerdos minerales y a madera noble, conjugados con una discreta cremosidad que se irá incrementando, dejando un rastro muy ligero de amargor agradable en el cielo de la boca después de cada bocanada.

Conviene aclarar que este amargor terminante apreciado no es nada comparable a ese otro, muy ingrato, que desprenden los cigarros supuestamente ‘Premium’ de otra procedencia, cuyas mejores cualidades ni siquiera se acercan a las prestaciones menores que pudiera producir este H Upmann Sir Winston. Como si hablásemos de dos mundos distintos, o de Cielo e Infierno, según se quiera apreciar o se aprecie objetivamente. Esto lo saben en ambos mundos y también en el Cielo y el Infierno, en todas partes. Otra cosa es decirlo. Con sinceridad, se entiende.

Vuelvo a reseñar: Pasados unos 20 – 25 minutos de fumada y todavía en el primer tercio comienza el festival. Verdadero Festival de sensaciones en evolución, probablemente favorecidas por el tiempo de añejamiento y estabilización. Recuerdos a toffee, que dejan paso a otros que se parecen lejanamente al olor del eucalipto y a algunas especias, con la cremosidad pronunciándose hacia la transición con el segundo tercio. Excelente conjunto de sensaciones placenteras en equilibrio, ausente por completo de notas discordantes.

Aunque con buen tiro, el cigarro tiende a desparejarse en la quemada cuando me entra el entusiasmo y aumento mi cadencia de fumada. Por un instante pienso en corregir con el encendedor, pero decido esperar, la brasa elegantemente vuelve a ser pareja con el cigarro sin necesidad de ayuda. Un gusto para la vista y un aviso que marca el ritmo correcto para apreciar este H Upmann de manera apropiada. Ceniza gris muy claro.

Curiosamente, hacia la mitad del segundo tercio, a mitad de cigarro, la fortaleza que se había atenuado levemente vuelve a hacerse presente, reforzando todo lo que el cigarro transmite. Fortaleza esta que estará presente hasta el final definitivo de la fumada.

Pareciera que la tradicional sucesión de sensaciones por tercios se hubiese acumulado en los dos tercios iniciales, llegando a un momento de plenitud duradera, talvez pronunciado en los momentos finales por unas notas tánicas que engrandecen la despedida, pasada 1 hora y 45 minutos del inicio y sin tener la sensación que todo ese tiempo ha pasado. Pero me quemo los dedos y ya no sé por donde sujetar lo poco que queda de este Sir Winston, dándolo por terminado, no sin cierta pena, consciente que ya no habrá muchas mas oportunidades como esta.

Conclusiones:

Durante la fumada bebí agua fresca, pienso que cigarros de tan Alta Regalía como este no necesitan otro acompañamiento, que eventualmente podría ensombrecer alguna de las cualidades apreciadas.

Cigarro que no es para todos ni apto para fumar en exteriores, necesita cierta técnica de fumada y concentración suficiente durante casi dos horas para poder apreciar todo lo que quiere transmitir. Fumado en el exterior debe perder una buena parte de esa transmisión de sus cualidades, con el agravante de proporcionar una posible quemada despareja a la mas mínima brisa.

El H Upmann Sir Winston necesita tiempo de añejamiento, pero la paciencia empleada se ve recompensada con creces. Desde hace años que este Churchill es mi favorito junto con otros dos que no me apetece mencionar en esta reseña, porque he disfrutado mucho y trato, de la mejor manera posible, de acercaros a él con estas notas de fumada que ahora terminan.

(*) Enciclopedia Ilustrada de Habanos posteriores a la Revolución.
(**) Atlas Ilustrado de los Habanos.

Saludos,

Ricardo.

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