lunes, 23 de agosto de 2010

RICARDO > H Upmann Magnum 46


Hola.

Durante la tarde del sábado estuve fumando este cigarro. Tomé unas notas de la fumada porque estaba esperanzado de que pudiera tratarse de un cigarro excepcional. Así fue y transcribo mi reseña porque la experiencia resultó verdaderamente placentera.

Frecuento el Mágnum 46 desde principios de Siglo. Ha sido para mí un cigarro compañero en bastantes ocasiones, muchas de ellas memorables. Me lo recomendó, durante mis tiempos en el Norte, el difunto Tabaquero Guipuzcoano Ricardo Aramburu, galardonado con el Premio Habanos 2007, amigo y persona entrañable que guardaré para siempre en mi memoria.

Recuerdo las primeras cajas que compraba, Cabinet SLB de 25 cigarros sin anillar. Nunca encontré uno malo hasta que apareció la versión en tubo, de la cual probé un par de ellos mal torcidos y con problemas de fumada. En general no soy partidario de los cigarros entubados y sigo pensando que el lanzamiento de este H Upmann en tubo no fue bien sucedido. En cualquier caso, sigue habiendo una oferta relativamente abundante en Cabinet SLB y como decía, tengo la suerte de no haber encontrado nunca un cigarro malo de una caja con esta presentación. Aunque debo confesar que siempre he tenido la cautela de buscarlos con un mínimo de tres o cuatro años desde la fecha de fabricación.

El puro del sábado procedía de una caja de 2005, cuando pusieron a los Mágnum 46 la anilla de color castaño y blanco tradicional, del estilo de las viejas anillas de Montecristo y Sancho Panza.

Creo que los cigarros de las cajas mas recientes vienen anillados de otra manera, con más policromía.En principio, estos cigarros se tuercen en la Fábrica H Upmann de La Habana, donde se manufacturan también vitolas de la marca Montecristo. Por este motivo, no me ha resultado extraño encontrar en la fumada algunas notas tradicionales de Montecristo que enriquecían el conjunto, ya de por sí con una potencia y riqueza superiores a la media de la marca H Upmann.

Pero vamos por partes:

Cigarro de muy buena construcción, de tono colorado medio muy vivo, con el brillo algo perdido por el paso del tiempo, pero de tacto sedoso muy agradable, con las venas bien tratadas. Elegante a la vista y al tacto.

Preencendido breve con encendedor jet, sin problemas, con buena combustibilidad que evitará el final de encendido, dos o tres soplidos fueron suficientes para terminar de encender un disco de brasa perfecto después de realizar un buen corte con un cortapuros bala, el cepo 46 invita a usar este instrumento en vez de la guillotina.

Inicio de la fumada con humo poderoso y muy fino, se nota enseguida que la fortaleza es superior a lo que la marca nos tiene acostumbrados. Fortaleza esta combinada con una sucesión de notas con recuerdos terrosos, tostados, a especias, canela y pimienta. Todo sobre un fondo de sabor a tabaco cubano tradicional. Impresiona este tercio inicial por la gran dimensión que proporciona.

Tiro perfecto durante toda la fumada, en la que el mismo cigarro va auto corrigiéndose en la manera de arder, provocando una ceniza algo compacta en discos de tonos grises contrastados casi blancos y negros. Gustoso de observar.

Durante el segundo tercio y sin que la fortaleza aminore notablemente, aparece una sensación cremosa que se agrega a las sensaciones del tercio anterior, así como recuerdos a cacao. La dimensión y riqueza de sensaciones persiste, mas aún si cabe.

En el tercio final aparecen las notas que traen recuerdos finos a la marca Montecristo, madera y cuero, que vuelven el conjunto en algo verdaderamente excepcional, distante de las sensaciones planas que normalmente caracterizan a los cigarros H Upmann.

Invita a pasar el humo por la nariz para apreciar todos los detalles, un cigarro para fumar relajadamente, pero con alguna concentración, durante más de una hora. En mi caso, una hora y diez minutos, casi de Gloria.

Conclusiones:

Los cinco años de añejamiento y conservación han influido definitivamente en la riqueza de la fumada de este cigarro. Para acompañar, tomé un poco de whisky de malta Highland Park de 12 años con hielo, combinación suculenta y apetecible en esa tarde de verano. Pero si me hubiese refrescado con agua exclusivamente, tampoco hubiera desmerecido la fumada, probablemente la percepción de sensaciones hubiese sido mas clara todavía.

Recomiendo el H Upmann Mágnum 46 con cinco años de añejamiento a todos los Aficionados con alguna iniciación, especialmente a aquellos convencidos en igualar la calidad de los Cigarros Premium de distintas procedencias, cigarros como este confirman que no todo vale lo mismo.

La palabra clave encontrada en el conjunto de experiencias y sensaciones que este cigarro ha proporcionado es: Riqueza.

Repetiré, sin duda.

Saludos,

Ricardo.

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