viernes, 26 de abril de 2013

Marce > Cifuentes Cristal Tubo



Hola, 

Anoche me fumé un habano que guardaba con celo desde hace algún tiempo.

Se trata de una rareza antigua, o un habano vintage (cómo dicen algunos por ahí). Se trata de un Cifuentes Cristal Tubo de los años 60.

Mi padre me regaló este cigarro que le había dado un buen amigo suyo ligado a Cubatabaco. Según esta persona le dieron este cigarro en los años 60. Fue un obsequio de boda y lo ha tenido desde entonces perfectamente acondicionado en su humidor durante todos estos años. La conservación del puro es perfecta. Una vez estuvo en mis manos (hace ya un par de años), lo saqué del tubo para comprobarlo y estaba esponjoso y perfectamente conservado. Así es que pasó directo a uno de mis humidores hasta el día de ayer.

El tabaco pertenece a la vitola "Conserva" con unas medidas de 44 en cepo x 145 mm de largo. Este veguero empezó a producirse en los 60 y finalizó su torcido en 1975, aunque se mantuvo en catálogo hasta 1990.

Por todo ello, me encuentro ante un cigarro que tiene posiblemente 50 años. Ahí es nada... Es una buena oportunidad para comprobar los efectos del añejamiento a largo plazo.

Acostumbrado a las presentaciones cubanas más convencionales, me sorprende la apariencia de este tabaco: Tubo de cristal con la anilla personalizada para esta vitola (pone Cifuentes Cristal Tubo y Elaborado a máquina), pegada por fuera del tubo y una anilla en el pie que reza lo siguiente: "El cigarro en este envase nunca pierde su calidad y aroma" No sé si será totalmente cierto eso de "nunca", pero desde luego esta unidad está perfectamente conservada, guardando intensamente todo su aroma a puro tabaco cubano.

Por todo ello, entenderéis ahora mi "reserva" a la hora de "dar candela" a esta reliquia, pequeño trocito de historia del tabaco cubano.

Pues bien, ayer (y sin ser un día especial) me decanté por este puro tras la cena en casa.

El cigarro tiene un buen aspecto general, de color colorado mate y con una bonita y sedosa capa, con alguna beta oscura, señal inequívoca de tabaco de excelente calidad.

Al encenderlo, me sorprende ya de inicio su altísima fortaleza, recordándome inmediatamente a habanos potentes, concretamente y por aproximación, a algún Bolívar.

Los aromas son excelentes, y aunque el habano no desprende de forma "voluntaria" mucho humo, el que se escapa, es sensacional; huele a madera de cedro, a cuero, a historia.

Los sabores son muy pronunciados, amargos y muy cafeteros. Ese agrio sabor recuerda al chocolate más puro, a regaliz o a frutas escarchadas. Y esta será la tendencia hasta el final de la fumada. 

En definitiva un tabaco: fuerte, potente, directo y muy aromático. 

Sensacional este sencillo, tradicional y pretérito habano.

Un saludo

Marce


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