lunes, 31 de octubre de 2011

JAVIER BUREBA > Cohiba Behike BHK 52


Aprovechando la sobremesa de esta víspera de festivo me he decidido a probar un Cohiba BHK 52, vitola Laguito número 4, perteneciente a un estuche "sampler" de los nuevos Behikes que me regalaron en diciembre del año pasado. Lleva por tanto más de diez meses en humidor, buen momento para ver cómo empieza a hacer su efecto el añejamiento en esta serie novedosa de Cohiba. No había probado hasta hoy este cigarro, aunque si he fumado dos unidades de uno de sus "hermanos mayores", el BHK 54.

El BHK 52, que la prestigiosa revista Cigar Aficionado consideró como mejor cigarro de 2010, es un espectacular 52x119 perilla en "rabo de cochino", con una preciosa capa clara, acaramelada se diría, de tersura extrema y sólido cuerpo, y una perfección exterior de torcido que se aprecia sea cual sea el ángulo desde el que se revise el cigarro. El aroma en frío es de puro tabaco, también normal por el tiempo de reposo en humidor. Lo caliento con un triple torch, le abro un amplio "boquete" con el punch grande y lo termino con un solo cerillo largo. El tiro es inmediato y fácil, como durante el resto de la fumada. El humo es denso casi desde el principio, con un ténue color azul al tomar caladas con "cuerpo". La combustión es algo desordenada en los primeros centímetros pero luego se corrige y se mantendrá pareja hasta el final. La ceniza, gris oscura, es de gran solidez y apenas cae un sólo bloque antes de terminar el cigarro.

Coincidiendo con esa combustión desordenada inicial, las primeras notas de fumada muestran un amago de "amargor juvenil", pero pronto se convierte en un muy clásico y permanente retrogusto "cubano", en un entorno de fortaleza media. En cuanto el cigarro se "reorganiza", ofrece un potente sabor a madera, con puntas más suaves, no me queda claro si "florales" o más bien de infusiones, ¿o "dulces"?. Son notas desvaídas que desaparecen a mitad de la fumada, momento en que la progresión de la fortaleza se manifiesta más claramente y el humo oloroso que pasaba por la nariz comienza a ser poderoso y algo picante. No especiado sin embargo. El picante pasa a boca hacia el final, manteniéndose esa fortaleza hasta que doy por terminado este BHK a unos cuarenta y cinco minutos de haberlo comenzado; no le he metido demasiada "presión" de fumada porque a los diez minutos o así de haber empezado me dió la impresión de que mi cadencia habitual estaba calentando demasiado el cigarro.

Excelente fumada la que ofrece este BHK con un año de humidor. Menos cremoso que el BHK 54 para mi paladar y con menos notas -al menos en mi experiencia- pero muy nítidas y de una potencia sensiblemente superior, más "desafiante", me ha enganchado más. De nuevo poco que ver con el Cohiba clásico o de la serie Siglo, más cercano a un Bolivar Belicoso Fino por ejemplo. No voy a entrar en disquisiciones sobre precio/calidad, porque el vitolario de Habanos es suficientemente variado y de calidad como para encontrar cigarros que a unos u otros les gusten más o menos y les empujen a "gastárselo" o no. A mí me ha gustado mucho y creo que tiene margen de evolución (añejamiento) para aplacar esas breves notas amargas, reordenar la combustión y ofrecer nuevos aromas y sabores.

Saludos,

Javier


2 comentarios:

  1. Javier, gracias una vez más por alimentar este blog con esta magnífica cata.

    Estoy de acuerdo contigo, en que la construcción de estos Behike es impecable en todas sus vitolas.

    Un saludo

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  2. Interesante reseña de nuestro amigo Javier, cigarro costoso, que a decir de muchos que lo han probado, debería mostrar una evolución y complejidad mayor cuanto más añejamiento. Saludos

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