jueves, 26 de noviembre de 2009

RICARDO > Ramón Allones Specially Selected


Hola.

Voy con alguna frecuencia a visitar a mi nuevo estanquero. Por la dimensión de su espacio comercial, es de agradecer todo el que tiene dedicado a su cava de cigarros. El hombre anda siempre atareado con otras cosas del negocio, pero consigue sacar algún tiempo de hospitalidad para los fumadores de cigarros. Además, organiza esporádicamente encuentros para aficionados de la Ciudad. Una joya de persona.

Entre las compras que hice en este estanco, fueron unos Robustos sueltos Ramón Allones Specially Selected, de una caja fechada en 2006, buscaba otra de 2002 que, desafortunadamente para mí, había sido vendida recientemente a otro fumador más espabilado.

Hacía tiempo que no fumaba estos Robustos y desde la compra, descansaron casi un mes en mi humidor de cigarros habanos y ayer por la noche decidí volver a encender uno de ellos.

Ramón Allones Specially Selected es un cigarro que hizo su aparición en el mercado en 1980 y tiende a convertirse en un clásico por sus cualidades, aunque estas salgan un poco del concepto de fumada tradicional. Se tuerce normalmente en la Fábrica de Partagás de La Habana, de esta manera está emparentado con los puros de la marca de fábrica, presumiendo alguna analogía de ligada que produce recuerdos a las características de los cigarros Partagás. Pero tiene diferencias con su pariente el Serie D Nº 4, las sensaciones que producen sus respectivas fumadas tienen distintas paletas de tonos y matices aunque, como decía, alguna base semejante les crea el parentesco.

Escogí el puro disponible que mejor me entraba por el ojo. Torcido con esmero, estaba envuelto en una bonita capa de tonalidad colorado - claro a claro, con algún brillo y las venas bien tratadas. El tacto era un gusto: Sedoso, casi graso, esponjoso en el pié y centro del cigarro, pero con el entorno de la cabeza algo más duro, algo común en cigarros que todavía deben añejar un tiempo para perfeccionarse.

Entretenido de encender, con cerillas largas, sin tardar mucho se hizo el aro de brasa deseado en el pié del cigarro, corté con un cortapuros bala y terminé el encendido sin ningún tipo de problema.

De tiro apropiado para el calibre, al inicio detecto enseguida su fortaleza, que se incrementará un poco a lo largo de la fumada, humo cubano invasor y profundo, gustoso con algunas notas terrosas. Durante todo el primer tercio llamará mi atención poderosamente, como evolucionan sus matices, apareciendo notas tostadas y recuerdos a frutos secos, todo ello en armonía dimensional.

Ceniza clásica de un cigarro que hubiese podido añejar más: El exterior, de un tono gris muy claro con discos oscuros, me recuerda a una especie de radiografía de la capa y el capote, cuyas particularidades aparecen marcadas ahora en la ceniza. El interior, la ceniza de tripa, muy oscura debido a la falta de añejamiento para aclararla. Todo ello en un conjunto consistente que hubiera aguantado con facilidad cuatro centímetros junto al cigarro. Por precaución, limpié la ceniza un poco antes.

Durante el segundo tercio las notas tostadas ganan notoriedad frente a las terrosas, también se aprecian notas ahumadas exóticas con recuerdos a Latakia, la fortaleza sube hacia la entrada del tercio final. Las dimensiones de la fumada son extraordinarias llegado este momento. Potencia y Riqueza.

Un buen final, hacía tiempo que no me quemaba los dedos fumando un cigarro. Toda la gama de matices está presente hasta el último momento. La dureza de la cabeza del cigarro que señalaba al principio, está relacionada con el hecho que en este final, el cigarro pierda cierta uniformidad de quemada, pero el conjunto de sensaciones supera con creces el defecto. Al cabo de 55 minutos a una hora fumando plácidamente, doy por terminado el cigarro. Ya no se por donde sujetarlo y me quemo.

Revisando mis notas de fumadas de este mismo cigarro en ocasiones anteriores, llego a la conclusión que la fumada que he realizado, una gran fumada, ha sido un poco precipitada. El Ramón Allones Specially Selected tiene posibilidades para potenciar sus cualidades, en este caso y además de todo lo citado anteriormente, unos años más de añejamiento hubiesen proporcionado cremosidad, algo más de elegancia y otros aportes no detectados en esta ocasión.

Durante la cata bebí agua, sin embargo pienso que es un cigarro excelente para una buena sobremesa invernal, acompañado de un destilado fino algo dulce, talvez un buen Brandy Jerezano Solera Gran Reserva. Por su complejidad, creo que no es un cigarro para iniciarse en la Afición a los Cigarros de Alta Regalía.

Saludos,

Ricardo.

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