viernes, 12 de febrero de 2010

RICARDO > Montecristo Nº4 Reserva


Hola.

Al mal tiempo, buena cara, que dice el refrán castellano. Y tratando de poner buena cara a este viernes de lluvia y frío, después del almuerzo he decidido darme un pequeño capricho: Café, copa y puro.

Más exactamente, Café ristretto Lavazza Qualità Oro, media copa de Brandy Jerezano Solera Gran Reserva Lepanto y Cigarro Montecristo Número 4 Reserva. Para pasar un rato de tranquilidad viendo llover ahí fuera, desde el otro lado del cristal, creo que el maridaje ha sido muy bueno y bien complementado, con cierta armonía e intensidad, ausente de estridencias, de aristas amargas, ácidas o alcohólicas.

Probablemente lo mejor del conjunto haya sido el cigarro. Pero sigo reconociendo que no soy aficionado al Montecristo Número 4 y actualmente sigo sin frecuentar ese puro. Pero este era diferente, se trataba de un regalo especial que guardé durante más de dos años en mi humidor, el Montecristo Número 4 Reserva, que salió al mercado de manera limitada en el año 2007.

De la página de Habanos transcribo la siguiente descripción:

La Reserva de Montecristo rinde homenaje al Montecristo No 4, una vitola emblemática de la marca y que fue presentada oficialmente durante la Cena de Gala del IX Festival del Habano. Elaborados con hojas de tabaco procedentes de la región de Vuelta Abajo, cuyas hojas han sido especialmente seleccionadas y cuidadosamente añejadas durante tres años para de esta forma seguir respetando la tradición de distinguirse del resto.

Esta edición especial consiste en 5000 estuches de lujo numerado, laqueados en negro y que está reservada para los verdaderos amantes del Habano. Contienen 20 Habanos, con doble anilla, la de la marca y la de reserva. Por su parte este concepto de Reserva, une armoniosamente la exquisitez y la paciencia en el cultivo y añejamiento de las hojas conformando así un producto excepcional con carácter y sabor refinado.

Solo al principio de la fumada comprobé las citadas noticias sobre la exclusividad de este cigarro, metido en el aspecto habitual del Montecristo Número 4: Colorado – colorado claro, bien torcido y de capa sedosa al tacto, con buen tratamiento de venas y no excesivamente brillante. Sin la segunda anilla, el aspecto sería exactamente igual que el Número 4 de producción regular.

Preencendido fácil con un Bic, sin ningún problema se formó el aro de brasa. Corte limpio con el cortapuros bala y final de encendido casi sin ayuda del encendedor.

Primer tercio con alguna potencia, mucha riqueza y dimensión. Fortaleza dimensionada con algunas notas especiadas y notas finas muy del estilo de la marca: Recuerdos a maderas antiguas y cuero, recuerdos de olor a anticuario.

Ceniza consistente en discos perfectos de tonalidades grises claro alternados con grises oscuro, gustosa de ver y de apreciar las auto correcciones de la quemada del cigarro durante la fumada.

Tiro apropiado y sin problemas en ningún momento. Un gusto para los sentidos.

Durante el segundo tercio me sorprende la riqueza de cremosidad en las dimensiones de este cigarro, las especias han desaparecido y persisten las notas a madera antigua y fina, en un conjunto realmente especial y fuera de lo común entre la Alta Regalía.Excelente final al cabo de 40 – 45 minutos, la fortaleza regresa moderadamente y las sensaciones clásicas de Montecristo, presentes durante toda la fumada se enriquecen con algunas notas terrosas. Casi me quemo los dedos, pero ha merecido la pena el riesgo.

Conclusiones:

Desconozco si este cigarro sigue disponible en algún comercio, pero lo recomiendo a todos los aficionados con alguna iniciación, para poder percibir la riqueza y finura de matices de este Montecristo Número 4 Reserva. Lo único que puedo añadir para terminar es que ha sido una gran fumada. Corta, pero para recordar durante mucho tiempo.

Saludos,

Ricardo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario